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El templo, que se destinará a uso cultural, estará terminado a finales del mes de mayo o principios de junio, encontrándose ya los trabajos de recuperación en su fase final. Tras su restauración conformará un valor cultural que va a contribuir al impulso turístico y monumental de Lorca

14 de febrero de 2018. El Alcalde de Lorca, Fulgencio Gil, y el Delegado del Gobierno en la Región de Murcia, Francisco Bernabé, han visitado esta mañana la iglesia de Santa María, cuyas obras de recuperación se encuentran en su fase final y que concluirán, con toda probabilidad, a finales del mes de mayo o principios de junio.

Bernabé, acompañado por el alcalde de Lorca, ha indicado que el resultado final de estas obras será espectacular, y que, como todas las actuaciones llevadas a cabo en Lorca, obedecen a un trabajo y un esfuerzo conjunto y coordinado del Gobierno de España, la Comunidad Autónoma y el Ayuntamiento. “Se trata de un esfuerzo conjunto. En este templo, en concreto, son más de 1.080.000 euros para recuperar una de las edificaciones más emblemáticas de la ciudad, con un resultado que será verdaderamente espectacular. Y esto, como parte de un conjunto de inversiones que supera ampliamente los 1.200 millones de euros que se han puesto encima de la mesa para la construcción de esta nueva Lorca de la que todos estamos ya disfrutando”, declaró el delegado.

Proceso de rehabilitación

La nueva estructura de seis cerchas de madera, de grandes dimensiones, sustentará la nueva techumbre, que estará constituida por paneles, también de madera, e irá coronada con tejas acordes con el entorno en el que se ubica la iglesia, respetando la línea estética de este tipo de templos.

La Iglesia, que comenzó a ser construida en el siglo XV y fue terminada en el XVIII con la incorporación de la fachada de estilo rococó, no contaba con techo desde la Guerra Civil, cuando fue saqueada e incendiada.

También se ha llevado a término el desmontaje de la torre del campanario, procediendo a dotarla de nuevos elementos que le otorgan una mayor seguridad estructural, implementando una batería de sujeciones basadas en la incorporación de tensores especiales para evitar la degradación que estaba sufriendo esta torre y que, tras los terremotos del año 2011, se había agravado hasta el extremo de comprometer muy seriamente su estabilidad.

Gracias a estos trabajos ahora se cuenta con un elemento asegurado, pasando de una situación de casi ruina a conformar un valor cultural que va a contribuir al impulso turístico y monumental de la ciudad de Lorca. El proyecto en marcha prevé también la instalación de una nueva cornisa y su correspondiente balaustrada.

Una vez restaurada la iglesia, desacralizada por su estado ruinoso será reconvertida en espacio cultural y albergará inicialmente una exposición retrospectiva sobre todo el proceso de reconstrucción y rehabilitación del patrimonio histórico dañado por los terremotos de 2011.