El Alcalde solicita el apoyo de la FMRM a favor de la declaración del Bordado Lorquino de Semana Santa como Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO
Fulgencio Gil: “con el paso de los años el bordado seguirá viviendo gracias a la mirada de la persona que sepa apreciarlo. Como una herencia entre generaciones, como un testigo que pasa de mano en mano a través del tiempo. Seguirá incólume reflejando la belleza”.
13 de marzo de 2018. El Alcalde de Lorca, Fulgencio Gil, en calidad de Vicepresidente de la Federación de Municipios de la Región de Murcia (FMRM), ha solicitado en la sesión de esta entidad mantenida esta mañana en Huerto Ruano, el apoyo a la candidatura del Bordado Lorquino y su Puesta en Escena en los Desfiles Bíblico-Pasionales para ser declarada como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO.
El Primer Edil ha destacado que los bordados lorquinos suponen una de las muestras artísticas más sobresaliente de toda España, habiendo logrado la declaración de varias piezas como Bien de Interés Cultural, lo que supone un verdadero hito, puesto que son los únicos textiles que han merecido dicho reconocimiento en toda la historia. El bordado lorquino no es fruto del azar ni hijo de la casualidad. Es una tradición compuesta de gloria y de locura. La experiencia secular, las aportaciones de los artistas, los distintos tipos de bordado y sus técnicas han conseguido dotar al bordado lorquino de unos rasgos propios y exclusivos. Lorca vuelca su vida en cada bordado, y eso es algo que hace posible la grandeza de esta manifestación cultural y que lo mantiene vivo.
Fulgencio Gil ha manifestado que con el paso de los años, el bordado seguirá viviendo gracias a la mirada de la persona que sepa apreciarlo. Como una herencia entre generaciones, como un testigo que pasa de mano en mano a través del tiempo. Seguirá incólume al paso del tiempo reflejando la belleza. Queremos que su declaración como Bien Inmaterial por la UNESCO sea la garantía que selle de cara al futuro la pervivencia de este hacer.
Existe un rasgo que compartimos todos los habitantes de Lorca: el orgullo por nuestra Semana Santa. Pocos eventos se pueden encontrar que reúnan un grado tal de participación, compromiso y respaldo por parte de la sociedad. Los lorquinos somos amantes de esta magna celebración colectiva y, lo más importante, la de Lorca es una Semana Santa que se vive con pasión durante todo el año. Apenas han terminado los desfiles y todas las cofradías comienzan a trabajar para sacar la procesión a la calle en la próxima primavera. Pero también para que Lorca siga viviendo intensamente a través de ese sentimiento de Semana Santa que anida en cada persona.
El Alcalde ha indicado que nada de esto tendría sentido si no fuera por el bordado, un verdadero arte que gracias a la pasión desmedida de los lorquinos ha llegado a convertirse en arte. El genio del artista, la devoción, la historia del Arte y la magia de la bordadora se unen para concebir esta corriente única a nivel internacional que es cultura inmaterial, embajadora de la Ciudad del Sol y orgullo de los lorquinos. Nosotros amamos nuestros bordados. Y lo hacemos con independencia del paso al que esté adscrita la persona. Como bien saben una de las particularidades de nuestra Semana Santa es la rivalidad entre cofradías. Pues bien, el azul sabe apreciar los bordados procedentes de los talleres blancos, como los blancos aprecian las obras de azules.
Fulgencio Gil ha señalado que por encima de estrenos, de vivas y de pañuelos, están en Lorca los desfiles bíblico-pasionales como espectáculo colectivo. Nuestra celebración en su conjunto va más allá de colores, nacionalidades, religiones, intereses particulares o beneficios.
Es una celebración, repito, colectiva, que solo es posible gracias al esfuerzo de la comunidad lorquina a través de los distintos pasos. Es un evento que nace desde el amor a la tradición, y que lleva al lorquino a participar de manera activa en su construcción como ya hicieran sus padres, sus abuelos y todos sus antepasados, siendo pues un homenaje al lugar del que procedemos y a nuestra historia local. Pero es sobre todo una celebración que trata del sentimiento, y el sentimiento solo puede ser descrito a través de la seda y del oro que componen cada bordado lorquino que participa en nuestros desfiles. Ahí, ante el bordado, ante su belleza, ante el apoyo y cariño profesado, ahí Lorca no encuentra ni una sola duda y comparte la certeza de que su bordado merece la distinción que queremos otorgarle.
Queremos seguir dándolo a conocer. Queremos compartir a nivel internacional la belleza y valor del bordado lorquino. Queremos que otras personas sean capaces de contemplar un bordado y apreciar en él el sentimiento. En un mundo cada vez más tecnológico, en una actualidad caracterizada por el usar y tirar, creemos que hay que apostar por aquellos productos que sean capaces de perdurar en el tiempo y, sobre todo, de permitirnos establecer un diálogo entre pasado, presente y futuro.