El inmueble del noble hidalgo don Juan de Guevara García de Alcaraz pretende convertirse en uno de los principales impulsos para atraer turistas a la Ciudad
Símbolo del poder y de la gloria de una de las familias más ilustres de la localidad, era para muchos lorquinos todavía un enigma por descubrir
Fulgencio Gil Jódar: “Con la apertura de la Casa de Guevara recuperamos el resurgir artístico tan paradigmático del siglo XVIII murciano”
27 de febrero de 2024. El año 1694 revistió una singular importancia para la Ciudad que comenzó su decidida andadura por los caminos del Barroco. 330 años después Lorca recupera uno de los principales símbolos del poder y de la gloria de una de las familias más ilustres de la localidad. Linaje, antigüedad y ejecutoria, ideales caballerescos del siglo XVII, cobran protagonismo con la apertura de la Casa de Guevara. Su historia, plagada todavía de incógnitas, resume perfectamente la mentalidad de una época que hizo del honor personal y del orgullo de estirpe uno de sus más consagrados principios.
“Con la apertura de la Casa de Guevara recuperamos el resurgir artístico tan paradigmático del siglo XVIII murciano. La que fuera casa del noble hidalgo don Juan de Guevara García de Alcaraz pretende convertirse en uno de los principales impulsos para atraer turistas a la Ciudad. Hasta finales de año pretendemos que reciba entre 25.000 y 30.000 visitantes”, ha afirmado este martes el alcalde, Fulgencio Gil Jódar, durante la inauguración de la musealización del monumento.
Junto al presidente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, Fernando López Miras; la consejera de Cultura, Carmen Conesa; y el edil de Cultura, Santiago Parra, andaba los mismos pasos que desde este miércoles podrán recorrer los que acudan a la Casa de Guevara. “La visita se iniciará en su portada, todavía enigmática, repleta de teorías, objeto de estudio y tan conectada con la personalidad de su promotor, don Juan de Guevara García de Alcaraz, un noble perteneciente a una linajuda familia cuyas raíces se hunden en el reino de Navarra. Y que tomó parte en la reconquista de la ciudad, estando presente en las acciones de armas y en las escaramuzas que los lorquinos protagonizaron. Estos hechos vinieron a enriquecer su árbol genealógico, añadiendo timbres de gloria proclamados en el escudo de la portada de la que fue su casa”, ha explicado.
Su singular portada, rica en elementos ornamentales y simbólicos, muestra las armas familiares bajo la leyenda ‘Potius mori quam foedari’, ‘antes morir que ser deshonrado’. Cabezas infantiles, grullas o garzas, angelitos portadores de espadas de fuego o lanzas que parecen combatir a un dragón o quimera y en el centro poderosas columnas salomónicas, que enmarcan el acceso principal a la vivienda.
La insistencia en la demostración nobiliaria queda patente con su presencia en los arcos del patio, la clave de la caja de la escalera, el retrato ecuestre de don Juan de Guevara, en arcones y hasta en los cortinajes que dan acceso a algunas de las principales estancias de la casa. Estos símbolos tenían la misión de mostrar las ejecutorias de nobleza de don Juan, que se habían acrecentado con la concesión del hábito de Santiago, lo que suponía su consagración.
Las raíces de don Juan de Guevara se hunden en algunas de las ramas familiares de la casa real de Navarra. Un lejanísimo pariente, se cree que el fundador de la estirpe familiar, protagonizó el fabuloso hecho de rescatar del vientre de la asesinada madre, la reina de Navarra, doña Urraca, en improvisada cesárea, el cuerpo de un niño que más tarde se convertiría en el rey Sancho Abarca.
“Tras cruzar el umbral de la puerta principal se puede contemplar el patio y la farmacia de José Sala Just que están abiertos a las visitas. Y a partir de ahí, habrá otro recorrido, el que llevará por cada una de las estancias que ocupó la última moradora de la casa, doña Concepción Sandoval Moreno, baronesa de Petrés y Mayals, cuya generosidad y amor a Lorca le llevó a ceder su vivienda y todo su contenido a la Ciudad”, ha detallado el alcalde.
La escalera, el ‘Salón amarillo’, el ‘Salón del estrado’, el dormitorio principal, el ‘Salón rojo’ y el ‘Salón verde’, conforman el recorrido que también llevará por el comedor y un espacio expositivo con detalles como una flauta travesera barroca del siglo XVIII. El instrumento realizado en madera de boj con aplicaciones de marfil. Su procedencia italiana se cree que está ligada al entorno de la familia de lutiers los Panormo, activa en la segunda mitad del siglo XVIII en Nápoles, París y Londres, ciudad en la que vivió el ilustrado lorquino José Musso Valiente, muy aficionado a la música, que podría haber sido su propietario.
En esa misma vitrina también se expondrán –dentro de unas semanas- seis armas de los siglos XVIII y XIX. Pertenecieron a los antepasados de Concha Sandoval. Una de las piezas más destacadas es una escopeta de caza atribuida a la prestigiosa armería catalana de Pedro Esteva y dos pistolas del núcleo de armeros de Eibar, posiblemente realizadas a finales del siglo XVIII por los renombrados armeros Guisasola.
Gil Jódar, ha destacado que el monumento “es uno de los ejemplares más sobresalientes del barroco civil del levante español, con una portada que se realizó tomando como modelo los retablos barrocos”. Y ha añadido que entre los bienes que se podrán contemplar, además de muebles, tejidos singulares, grabados y cerámicas, se encuentra la pinacoteca con una veintena de grandes lienzos del pintor del barrio de San Cristóbal Pedro Camacho Felizes de Alisén.
La colección de bienes muebles de la Casa de Guevara alcanza los 790 objetos. De ellos, 250 están vinculados a la declaración de Bien de Interés Cultural del edificio, llevada a cabo el 21 de noviembre de 2008. “Cuenta con una magnífica colección de retratos que afectan a las familias Puxmarín, Bassecourt, Musso, Roca de Togores, Moreno Rocafull o Harmsem. Destacando entre sus autores artistas como Senén Vila, Vicente Rodés, Agustín Esteve, José de la Revilla, Manuel de Ojeda, Federico y Luis de Madrazo o Lorenzo Pericás”, ha aportado.
Y ha destacado que también se suman una Inmaculada, atribuida al taller de José Antolinez, el pequeño lienzo de la Virgen orante, atribuido a Giovanni Battista Salvi (‘Sassoferrato’), seis cobres de tema bíblico firmados unos y atribuidos otros a los Francken, o un paisaje con escena de bandolerismo firmado por Pérez Villaamil. Ademnás de otras firmas significativas del panoram pictórico español, como las de Horacio Lengo, Rafael Monleón, Ramón Stolz o el malogrado Manuel Harmsen.
Entre los bienes también se encuentran un centenar de abanicos de los siglos XIX y XX, mobiliario sobresaliente de los siglos XVII-XIX, los bargueños y mobiliario que refleja los gustos afrancesados de la alta burguesía del momento y una selección de lámparas de cristal y metal datables entre finales del siglo XVIII y las primeras décadas del XX. “Entre las joyas de la Casa de Guevara está el espejo barroco del ‘Salón amarillo’, que data de 1702-1704”, ha significado.
Apertura de la Casa
La Casa de Guevara se abrirá al público este miércoles. “Lo hará con unas jornadas de puertas abiertas que se mantendrán hasta el 10 de marzo. El horario de apertura será de 17 a 19.30 horas. Se hará de forma continua y no serán guiadas, aunque contarán con una explicación general”, ha detallado Gil Jódar.
Para poder participar de estas visitas será obligatorio inscribirse de forma telemática en las páginas ‘lorcatallerdeltiempo.com’ o ‘lorcaturismo.es’. También se podrá hacer de forma presencial en la Oficina de Turismo, en la Plaza de España; en el Castillo; y en el Centro de visitantes de ‘Lorca, Taller del tiempo’.
A partir del 12 de marzo se iniciarán las visitas guiadas, en grupos máximos de 15 personas. El horario, de martes a domingos, será de 10.30 a 14 horas, siendo las tres visitas entre las 11 y las 13 horas. Por las tardes, de martes a sábado, se abrirá la Casa entre las 16.30 y las 17 horas, siendo las visitas a las 17 y 18 horas. El coste de la entrada será de cinco euros. El patio porticado y la farmacia de José Sala Just se podrá visitar de forma gratuita en el horario de apertura de la casa.