Según las catas realizadas durante los trabajos de restauración, el templo contaría con más de 1.300 metros cuadrados de pinturas murales que fueron realizadas cuando se construyó el edificio
Los trabajos de restauración realizados en la antigua colegiata de San Patricio de Lorca, incluidos en el Plan Director para la Recuperación del Patrimonio Cultural de Lorca, puesto en marcha tras los terremotos de 2011 por la Comunidad, el Gobierno central y el Ayuntamiento, han permitido hallar unas pinturas del siglo XVI desconocidas hasta ahora y que se encontraban ocultas en varias zonas de la iglesia.
La consejera de Cultura y Portavocía, Noelia Arroyo, tuvo este viernes la oportunidad de ver las pinturas descubiertas, prácticamente las únicas de la época del Renacimiento que se conocen hasta ahora en Lorca, durante una visita en la que estuvo acompañada por el alcalde de la localidad, Francisco Jódar, y por el arquitecto encargado de la restauración del templo, Juan de Dios de la Hoz.
Noelia Arroyo explicó que este nuevo hallazgo “evidencia la gran riqueza y valor cultural de la iglesia de San Patricio, uno de los numerosos templos lorquinos que, gracias al intenso trabajo conjunto realizado desde las diferentes administraciones y al esfuerzo de la ciudadanía, están siendo recuperados y totalmente restaurados para que puedan volver a ser admirados y disfrutados por los ciudadanos”.
El proyecto de restauración de la iglesia de San Patricio de Lorca cuenta con un presupuesto total de 4,37 millones de euros, de los que la Comunidad aportará más del 50 por ciento, casi 2,5 millones. Asimismo, y debido en parte a las pinturas que se han ido hallando, además de por otras causas, hay prevista una ampliación de casi 400.000 euros que también aportará la Comunidad.
En este sentido, Noelia Arroyo reiteró “el compromiso del Gobierno regional con Lorca, con los lorquinos y con la recuperación de todo su patrimonio cultural”, y recordó que “ya se han ejecutado más del 80 por ciento de las obras incluidas en el Plan Director, que está siendo un ejemplo de eficacia y buenas prácticas en toda Europa”.
El hallazgo ha sido posible gracias a las catas parietales realizadas en San Patricio durante su restauración. En concreto, han aparecido pinturas, que se suman a las ya descubiertas, en la portada de acceso a la sacristía, la capilla del Rosario, la capilla de la Asunción, la capilla del Sagrario y Virgen del Alcázar, la capilla de la Custodia, del santo Ángel y San Ildefonso. De igual modo, han sido positivas las catas realizadas en los altares frente a la capilla de la Asunción y frente a la del Alcázar.
Las pinturas aparecidas son en la mayoría de los casos de calidad, y corresponden al primer periodo histórico de la colegiata, desarrollado en el Renacimiento, según detalla el arquitecto Juan de Dios de la Hoz en su informe que también detalla que se han realizado las mediciones sobre los restos encontrados, con un resultado superior a los 1.300 metros cuadrados.
Se trata de decoraciones geométricas y con motivos figurativos (iconografías de varios santos) o vegetales de variadas y coloridas formas, y su estado de conservación es relativamente bueno. También se han encontrado pinturas murales de santos y diferentes órdenes religiosas, probablemente posteriores a la época barroca, y las decoraciones de los dominicos cuya existencia ya se conocía.
El informe del arquitecto señala también que las portadas de la sacristía y de acceso a la capilla Mayor poseen unas elaboradas decoraciones de figuras en altorrelieve con carnaciones renacentistas.
Las pinturas de San Patricio cobran especial relevancia por la fecha en la que fueron realizadas. Hasta ahora, la pintura mural en Lorca parecía estar circunscrita a los siglos XVIII y XIX, según los ejemplos que se conocen, ya que la única muestra de finales del siglo XVI era la de la ermita de San Roque y San Sebastián.
Las catas realizadas sugieren al archivero Manuel Muñoz Clares que se trata de pinturas decorativas con un claro encuadre estético en el Renacimiento. Sus características, con líneas definiendo los contornos, una gama corta de colores (rojos y ocres) y una calidad mediana, indican que su ejecución se encomendó a pintores de la localidad en la segunda mitad del siglo XVI. Asimismo, indica el experto que el autor pudo ser el pintor Pedro Márquez, hermano del canónigo de la colegiata lorquina, Alonso Márquez.