La movilidad abarca todos los desplazamientos de personas y mercancías que se producen en la ciudad, no únicamente el tráfico, cuyo objeto de estudio ha sido tradicionalmente la circulación de vehículos motorizados y, en particular, la de los automóviles. La movilidad hace emerger, por tanto, las necesidades de las personas que caminan, emplean el transporte colectivo o la bicicleta.

Igualmente, la antigua consideración del medio ambiente en la planificación ha dado paso a una concepción más amplia, la sostenibilidad, que atiende las consecuencias ambientales y socioeconómicas de la actividad humana.

La combinación de los conceptos de movilidad y sostenibilidad conduce a buscar caminos para que los desplazamientos de personas y mercancías contribuyan a afrontar numerosos retos ambientales y socioeconómicos, tanto en el ámbito global, como en el local.