Las fiestas patronales de la Virgen de las Huertas recuperan este año la tradición del Bando, que se celebró como evento popular entre el siglo XVIII hasta la guerra civil
La labor de rescate de tradiciones lorquinas incluye, además, un concierto que tendrá como instrumento participativo la caracola, elemento utilizado en Lorca durante décadas, y que se empleará para recuperar una pieza inédita de Gómez Navarro dedicada a la Patrona.
30 de julio de 2018. El Alcalde de Lorca, Fulgencio Gil, junto a la Presidenta de la Hermandad de la Virgen de las Huertas, Isabel Jiménez, han anunciado que las fiestas patronales recuperarán este año una de sus ancestrales tradiciones, como es el caso del Bando. Estamos hablando de un acto que era convocado a modo de convocatoria oficial y popular de nuestras celebraciones con motivo de la conmemoración de la Patrona de la ciudad. Dentro de la labor que se desarrolla por parte de la Hermandad para continuar recuperando parte del legado inmaterial ligado a las fiestas patronales, también se va a recuperar el anuncio de este Bando utilizando un elemento ancestral que había caído en el olvido, como es la caracola, un elemento que enlaza lo musical con la propia naturaleza. Hemos de recordar que la recuperación del Bando constituye un hito para el que se ha venido trabajando desde hace varios años, con el objetivo de volver a contar con un acto que se llevó a cabo desde el siglo XVIII hasta la década de 1930.
El Alcalde ha explicado que este acto se realizará, según lo previsto, el próximo 5 de septiembre teniendo como escenario el propio templo de la Virgen de las Huertas, y se iniciará a las 21:30 h. El evento rescatará su formulación habitual, compaginando diferentes piezas musicales con breves alocuciones, contando con la participación de la Banda Municipal de Música, que también se ha querido sumar con su trabajo a la recuperación del legado inmaterial de nuestras fiestas. De hecho podemos anticipar que todas las personas que asistan a este acto podrán disfrutar de un concierto en el que se ejecutarán canciones en las que participará como elemento característico la mencionada caracola. Se trata de composiciones musicales tales como el Himno a Nuestra Señora de las Huertas, Marcha de procesión de la Virgen de las Huertas, Gozos a dúo, Jota lorquina, Enredás, Parrandas de la Tova, Aurora de Lorca y el Himno de la Ciudad.
Fulgencio Gil ha señalado que se trata de 8 piezas emblemáticas del folklore lorquino que hacen referencia a la Virgen de las Huertas, así como una pieza inédita que se va a presentar, como es el caso de los Gozos a Dúo, una creación datada en el siglo XIX, siendo autoría del lorquino Juan Antonio Gómez Navarro. Estamos hablando de un destacado compositor de nuestra ciudad, nacido en 1845 ordenado sacerdote en 1869 en Ocaña (Toledo), que ejerciera como organista entre los años 1873-1877 en la Colegiata de San Patricio. En aquellos años compuso una misa y una salve, a tres voces y coro con acompañamiento de orquesta, mediante la cual se le impuso la medalla de plata de la Sociedad de Amigos del País de Lorca. Fue primer organista y maestro de capilla de la Catedral de Córdoba entre los años 1877 y 1916, ciudad que le rindió tributo dando su nombre a una de sus calles. Regresó a Lorca en 1921 donde falleció en 1923.
Compuso música profana como valses, zarzuela, rigodones, polkas y una barcarola, así como otras creaciones para piano, orquesta, banda. Se estima que escribió más de 200 obras. Entre la música sacra que nos legó hemos de subrayar un extenso repertorio entre misas, oficios de difuntos y de ángeles, plegarías, marchas fúnebres y villancicos. En Lorca es popularmente conocido principalmente por componer la Salve a la Virgen de los Dolores, Titular de la Hermandad de Labradores, Paso Azul.
El Alcalde ha indicado que la utilización de la caracola fue habitual como instrumento antiguo en Lorca que se tocaba con un tono específico para cada asunto, según fueran riadas, alarmas, obituarios y celebraciones populares, entre ellas la de nuestra Patrona. A modo de leyenda se decía que su sonido alejaba a los malos espíritus. Su polivalencia permitía que también se introdujera en la ejecución de múltiples danzas antiguas y actos religiosos, constituyendo un recurso como instrumento de viento que ofrece un sonido similar al de una trompeta. Para su empleo simplemente se sopla desde un extremo, utilizando los labios del intérprete como doble lengüeta. Se empleaban, además, entre los regantes para comunicarse. También se ha constatado su uso para acompañar algunas danzas y han realizado funciones en actos religiosos, algo frecuente en diferentes lugares del mundo desde la cultura Magdaleniense, hace 15.000 años (Paleolítico Superior), como en las islas del Pacífico, Sudamérica e India. Concretamente en nuestro país podemos encontrar referencias en Cantabria y Canarias, así como en Murcia y concretamente en Lorca y su término municipal.