El Alcalde solicita al Ministro de Cultura que su departamento priorice la declaración del bordado lorquino en su Semana Santa como Patrimonio de la Humanidad
Fulgencio Gil, que ha invitado a José Guirao a presenciar los desfiles Bíblico-Pasionales este mismo año, ha reclamado, además, que el gobierno central financie la rehabilitación integral de la iglesia de San Juan, completando así la recuperación de las iglesias altas.
9 de febrero de 2019. El Alcalde de Lorca, Fulgencio Gil, ha solicitado al Ministro de Cultura del actual Gobierno de España, José Guirao, que el Ministerio priorice la declaración del bordado lorquino y su puesta en escena en nuestros desfiles Bíblico-Pasionales de Semana Santa cara a la consecución de este reconocimiento por parte de la UNESCO. Todos somos conscientes de que las manos de las bordados lorquinas son capaces de plasmar con sedas y oro auténticas obras de arte que maravillan a todo el mundo. Lo que nos hace diferentes es precisamente que Lorca ha trascendido la realización de piezas artesanales para elevarlas a la categoría de verdadero arte. De hecho contamos con los únicos textiles que han merecido su reconocimiento como Bien de Interés Cultural (BIC), gracias a la iniciativa de nuestros Pasos y el apoyo incondicional de la Comunidad Autónoma, pero Lorca se merece mucho más.
Fulgencio Gil, que ha aprovechado la visita del Ministro a nuestra ciudad en la mañana de hoy, ha subrayado que la declaración como Patrimonio de la Humanidad es algo de los que esta ciudad es más que valedora. Contamos con argumentos, hechos y legado patrimonial e intangible que así lo certifica. Cualquier persona que haya tenido oportunidad de disfrutar de nuestra Pasión Diferente así lo pone de manifiesto. Hasta la fecha, y gracias al trabajo encomiable de nuestras hermandades y cofradías, hemos andado gran parte del camino, llegando incluso a lograr que Lorca haya visto aprobada su candidatura, pese a la pesada y compleja tramitación que llevan aparejada este tipo de iniciativas. Por eso es ahora cuando más necesitamos el respaldo del Ministerio de Cultura, y, aprovechando que contamos en estos momentos con un Ministro que conoce la importancia de nuestros bordados, es cuando más necesitamos ese apoyo. Somos conscientes también de que otros hechos culturales y sociales españoles pugnan por esta distinción, sin embargo todos los lorquinos estamos de acuerdo en que ha llegado nuestro momento.
El Primer Edil, que ha invitado al Ministro a contemplar los próximos desfiles bíblico-pasionales de Semana Santa en la fecha que su agenda le permita, ha indicado que lo que aquí se hace y se puede disfrutar no se encuentra en ninguna otra parte del mundo; estamos ante un arte singular, una manera de entender la vida al estilo lorquino, con una pasión desbordante y un derroche artístico que debe contar con este reconocimiento cuanto antes.
Fulgencio Gil ha solicitado al Ministro que la administración central se implique en la recuperación de la iglesia de San Juan, la última que falta por rehabilitar de las situadas en la ladera del castillo, y que formaba parte de la vieja ciudad, situándose dentro de las murallas que constituían la defensa de la Lorca medieval. El Alcalde le ha expuesto al Ministro que Lorca ya ha hecho sus deberes y ha redactado el proyecto técnico y de intervención. Hablamos de un templo emblemático, destruido en la guerra civil. Su recuperación completaría las actuaciones que el Ayuntamiento ha desarrollado para la restauración de las Iglesia altas y contribuirá a la mejora de la calidad de su entorno urbano.
Fulgencio Gil ha anticipado que la previsión con la que se trabaja por parte del Consistorio es que este edificio, una vez completada la restauración, forme parte del recorrido turístico de Lorca Taller del Tiempo tal y como ya se ha hecho con otras intervenciones como es el caso del Porche de San Antonio, tramos de Muralla del Castillo, Torre Rojano y Torre IX, que a día de hoy ya están potenciando el abanico de actividades socio-culturales y turísticas de la ciudad.
La Iglesia de San Juan se edificó en el siglo XV aunque tuvo que reconstruirse posteriormente en el XVII. Presenta una planta en forma de cruz latina, una bóveda en la nave central, una cúpula y una torre – campanario. Construida con muros de mampostería y ladrillo, la estructura de la cubierta se encontraba en su mayor parte perdida. El zunchado y apuntalamiento fue el eje básico del que partieron las obras de actuación, aplicándose en los muros y cornisas, la torre – campanario, y parte de la cúpula. Se repusieron además parte de los arcos del campanario y se tabicaron y rellenaron la mayoría de huecos para dar mayor estabilidad al edificio.
La intervención que el Ayuntamiento reclama es la restauración y conservación de los elementos existentes, la cubrición y cierre de todos los espacios y el acondicionamiento interior para su uso relacionado con actividades socio-culturales. En este sentido se diferencian claramente los elementos existentes de los de nueva construcción y se superponen para proteger aquellos y para completar los volúmenes y espacios perdidos. A nivel estructural, se llevaría a cabo la consolidación y refuerzo de fábricas y restos de bóvedas. Se empleará una estructura de madera laminada y tablero fenólico, para continuar con el orden de elementos tales como arcos fajones y bóvedas ya desaparecidos, de modo que la propia estructura va conformando espacios de la misma geometría que los originales.
En el exterior se dispondrá de una ligera cubierta de zinc sobre la madera permitiendo percibir claramente la planta de cruz latina abovedada que enmarca la centralidad de la cúpula decorada. Se abren así los 8 huecos posibles en el tambor de la cúpula, lo cual refuerza la simetría interior, reparte homogéneamente la iluminación y permite admirar las bellas decoraciones del interior una vez restauradas. El actual acceso a la iglesia está peligrosamente pegado a la carretera de acceso al castillo, sin prácticamente espacio de estancia previo, por lo que se traslada la entrada a la plataforma norte cuyo nivel será rebajado hasta la cota del interior, y se creará un vestíbulo de acceso regularizando los volúmenes exteriores junto a las capillas de esta fachada, de modo que se accede por el arco enfrentado al de la puerta principal. Se aprovecha también para acristalar el gran arco ahora tapiado a los pies del templo, que introducirá una luz tamizada en el interior. Se construirán aseos en el cuerpo de la antigua sacristía, así como se dispondrán de espacios administrativos en dos niveles.