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La demolición de la escalera de la Colegiata eliminará el estrechamiento de la calzada y el peligro para los peatones

La escalinata, que ha comenzado a retirarse, no forma parte de la estructura original del muro perimetral del templo, por lo que no cuenta con grado de protección

Las obras, que se han iniciado este miércoles, durarán dos semanas y tendrán un coste de unos 7.000 euros

María Hernández, edil de Urbanismo: “La última reforma eliminó los escalones del atrio, invadiendo una mayor proporción de la calle y haciendo los escalones algo forzados, con una pendiente que la hacía impracticable”

10 de abril de 2024. La escalera de la fachada principal de la antigua Colegial de San Patricio ha comenzado este miércoles a demolerse. Las obras eliminarán la escalinata, que no forma parte de la estructura original del muro perimetral del templo, por lo que no cuenta con grado de protección, como ha asegurado la edil de Urbanismo, María Hernández.

La escalera, tal y como se encuentra en nuestros días, responde a la “última reforma a la que fue sometida en 1996. Entonces, se eliminaron los escalones colocados en el interior del atrio, volviendo a disponerlos a partir del muro de cierre invadiendo, consecuentemente, una mayor porción de la calle. Ante la necesidad de invadir lo menos posible la calzada con la escalinata, los peldaños se hicieron algo forzados. La poca profundidad de estos nuevos escalones unida a la excesiva pendiente, vuelven la escalera casi impracticable para su uso”, ha explicado la edil.

En un informe del Archivo Municipal de Lorca, firmado por el archivero e investigador Manuel Muñoz Clares, se enumera las adaptaciones y reformas que ha sufrido la escalera a lo largo del tiempo, variando su composición y organización estructural según los criterios utilizados en cada momento. “Al margen del carácter ceremonial para ocasiones señaladas que cumplió en el pasado, es evidente que en los últimos decenios ninguna reforma practicada en esta escalera ha dado resultados óptimos, porque no parece concebida para su utilización. Pendiente pronunciada, peldaños muy estrechos y ausencia de pasamanos la hacen impracticable por su nula seguridad”, reseña. Pero también apunta que en la actualidad “constituye un serio obstáculo para el tránsito de vehículos por la calle, ya de por sí bastante estrecha, que ha ocasionado el deterioro que presenta”.

Y añade que “además de que estéticamente resulta discutible, la verja que la corona no se ha abierto al tránsito público desde hace muchísimos años, ya que existe un cómodo y seguro acceso al atrio a pie de calle y a pocos metros de la escalinata. El mantenimiento de esta no responde hoy a utilidad alguna, no cumpliendo tampoco con los criterios más puristas de restitución de la original del siglo XVIII”.

Trae a colación, en el informe, algunos elementos de exorno de espacios públicos, o que tuvieron utilidad en el pasado, que han sido suprimidos del casco histórico lorquino con el paso del tiempo. “Quizás el más singular de ellos fue la fuente de la Plaza Mayor colocada al comienzo de la calle Álamo, tal y como muestra el plano de 1791. Construida en 1584 por el que años después sería maestro mayor del Obispado, Pedro de Alcalá Monte. Era un bello ejemplar renacentista de mármol y caños de bronce cuya conducción, que provenía de la Sierra del Caño, no estuvo exenta de problemas”.

Y añade que “en 1817, por entorpecer el tránsito al final de la calle Álamo, esas aguas se derivaron al pilón construido en la que pasó a denominarse Plaza del Caño y la fuente se trasladó a la Alberca. El traslado de la fuente a la Plaza del Caño, también ocupó el lugar de una escalinata que desde esa plaza comunicaba con la parte alta del carrerón que daba acceso a la Casa del Corregidor y al Pósito. Una modificación de fuente y escalera que fue aceptada por su utilidad”.

La edil ha explicado que “se tiene previsto demoler la escalera que tiene una superficie aproximada de 15 metros cuadrados. La actuación se ha iniciado este miércoles y se estima que durará unas dos semanas. La demolición se ejecutará en una única jornada y el resto será para acometer el acondicionamiento de los sillares y el pavimento, con una inversión prevista de unos 7.000 euros”.

Con esta actuación, ha indicado, se atienden las constantes quejas al Ayuntamiento por el estado actual y la disposición anómala de la escalera de la entrada principal a la antigua Colegial de San Patricio, en la calle Corregidor. “De todos es sabido el constante flujo de viandantes por esa vía. Muchos de ellos, niños y jóvenes que acuden al cercano Conservatorio de Música Narciso Yepes y a los colegios Madre de Dios de las Mercedarias y Casa del Niño. Peatones y vehículos comparten un espacio estrecho, con el consiguiente peligro que ello supone. Este es uno de los principales objetivos para acometer esta reforma que eliminaría el estrechamiento de la calzada y el riesgo de atropello para los peatones”, ha concluido la edil de Urbanismo.