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El músico Juan Antonio Gómez Navarro y la Peña ''La Jarapa'' contarán con una calle y un parque en Lorca

El Pleno Municipal ha aprobado por unanimidad este lunes nombrar así a dos espacios del municipio

Se ha decidido denominar el tramo de la calle Príncipe Alfonso comprendido entre la Cuesta de San Francisco y la Plaza del Negrito como calle Músico Juan Antonio Gómez Navarro

El Parque Peña de ‘La Jarapa’ será una zona verde del barrio de San Cristóbal, ubicada en las inmediaciones de la calle Sandoval y calle Lajarín

Fulgencio Gil, alcalde de Lorca: “Es obligado hacer un reconocimiento público a quienes han mostrado su compromiso con la ciudad, su cultura y sus tradiciones y costumbres”

29 de julio de 2024. El alcalde de Lorca, Fulgencio Gil Jódar, ha informado este lunes que el Pleno Municipal ha aprobado por unanimidad la denominación de dos espacios del municipio en honor al insigne músico y compositor lorquino Juan Antonio Gómez Navarro y a la Peña ‘La Jarapa’.

Fulgencio Gil ha destacado que “toda sociedad se siente obligada a hacer un reconocimiento público a las personas que han destacado en la misma por sus cualidades o en el ejercicio de su profesión y/o vocación, mostrando, al mismo tiempo, su compromiso con su ciudad, su cultura y sus tradiciones y costumbres”, ha señalado el alcalde.

El alcalde de Lorca ha explicado que la Hermandad de Labradores - Paso Azul solicitó que se dedicase una calle al insigne músico y compositor lorquino D. Juan Antonio Gómez Navarro. En respuesta, se ha decidido denominar el tramo de la calle Príncipe Alfonso comprendido entre la Cuesta de San Francisco y la Plaza del Negrito como calle Músico Juan Antonio Gómez Navarro.
Fulgencio Gil ha destacado la trayectoria de Gómez Navarro, nacido en 1845 en Lorca en una familia religiosa y musical, destacó como violinista, pianista, organista y compositor. “Es importante para esta ciudad la necesidad de reconocer los méritos que acumuló Juan Antonio Gómez Navarro. Su legado musical es un tesoro para Lorca y su trabajo incansable como maestro y compositor ha dejado una huella indeleble en nuestra historia”, ha afirmado el alcalde.

El segundo de siete hermanos, vivió en el seno de una familia religiosa muy aficionada a la música, pues además de él y su hermano José María, sus tres hermanas también recibieron formación musical y se dedicaron al canto. Se ordenó sacerdote, y fue violinista, pianista, organista y compositor. Estudió en Madrid en el Real Conservatorio Superior de Música, recibiendo clases de los maestros Hilarión Eslava o del prestigioso violinista Jesús de Monasterio, teniendo como compañeros a músicos que destacarían más tarde, como Manuel Fernández Caballero o Ruperto Chapí. De vuelta a su tierra natal, ocupó la cátedra de canto gregoriano en el Seminario Mayor de San Fulgencio de Murcia y entre 1873-1877 fue organista de la colegiata de San Patricio.

En Lorca fue profesor de violín del Ateneo Científico y Literario, y en sus conciertos muchas veces se hacía acompañar al piano por su hermano José María, asimismo sacerdote. Marchó a Córdoba, y allí desarrolló durante casi cuarenta años una brillante etapa como maestro de capilla de la mezquita-catedral (1877-1916), ciudad en la que dejó impronta de su personalidad y gran talento artístico. En Priego de Córdoba, ciudad a la que asistía con frecuencia en el ejercicio de su profesión, llevó a cabo una gran labor de educación y difusión musical, colaborando con las cofradías de esta ciudad. En su periplo cordobés fue profesor de varias generaciones de músicos, entre ellos Manuel López Farfán, que destacó por sus innovadoras marchas procesionales.

Además de elevar a las más altas cotas la calidad de la capilla musical, en la capital cordobesa ocupó la cátedra de Composición y Armonía de la Escuela de Bellas Artes ‒germen del futuro Conservatorio Superior de Música‒, en la que impartió clase a varias generaciones de músicos, y fue presidente de la sección musical del Ateneo Científico, Literario y Artístico de esta ciudad. Compuso más de doscientas obras, tanto profanas como religiosas. Entre las primeras, valses, rigodones, polkas, y hasta una zarzuela, y entre sus piezas sacras, villancicos ‒como el popular El Ruiseñor‒, misereres, misas, oficios, marchas fúnebres, plegarias, motetes, etc. Su música es interpretada todos los años por la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y la de Jesús en la Columna de la ciudad de Priego y, en Lorca, por la Hermandad de Labradores, Paso Azul.

Es aquí, en su sede de la iglesia de San Francisco cuando el Sábado de Pasión se interpreta La Salve, su composición más célebre y conocida, dedicada a la Santísima Virgen de los Dolores, por la que sentía particular devoción. Esta obra fue compuesta en 1903 y se interpreta y escucha con gran emoción por quienes acuden al templo de San Francisco a participar de uno de sus actos más hermosos y solemnes de la Semana Santa azul. Juan Antonio Gómez Navarro, fallecido en Lorca el 30 de diciembre de 1923, es, pues, una personalidad muy relevante en el panorama cultural y musical, y no sólo de nuestra región, un ilustre lorquino, gran compositor y maestro de varias generaciones de excelentes músicos, al que Lorca toda debe justo reconocimiento.

En julio de 1964 se le puso en Córdoba una calle en su honor en el barrio donde vivió. Lorca, que es ciudad generosa, donde nació, trabajó y murió hace ahora cien años Juan Antonio Gómez Navarro, también sabe distinguir a sus hijos más preclaros que amaron, engrandecieron y llevaron siempre el nombre de Lorca en lo más profundo del corazón. Que una de sus calles lleve su nombre sería un acto de justicia para quien la enalteció con su brillante labor, ensalzada por la crítica y aplaudida por los amantes de la música, un hombre sencillo y excelente profesional que dedicó su vida entera a elevar y difundir la cultura artística. Como destacó el diario La Tarde de Lorca con motivo de su fallecimiento, Gómez Navarro fue «una verdadera gloria lorquina que honró a su país con su talento».

Parque Peña ‘La Jarapa’

Gil Jódar ha manifestado que la Asociación de Vecinos “Rabaleros” propuso que se denominase Parque Peña de La Jarapa a un espacio en el barrio de San Cristóbal, ubicado en las inmediaciones de la calle Sandoval y calle Lajarín, en reconocimiento a la labor de difusión del folclore tradicional que realiza esta entidad en el municipio.

El primer edil ha resaltado la importancia de la Peña ‘La Jarapa’ en la promoción de las tradiciones musicales lorquinas desde 1970. “Es importante que no se pierdan las costumbres y tradiciones de nuestra ciudad, y esta asociación es un bonito ejemplo de cómo las canciones navideñas típicas y arraigadas siguen siendo, con el paso de los años, parte esencial de nuestra identidad cultural. Quiero agradecerles y resaltar la labor que hacen durante todo el año para fomentar las tradiciones y las costumbres de Lorca, manteniendo viva nuestra herencia y enriqueciendo cada Navidad la vida cultural de nuestro municipio”, ha destacado Fulgencio Gil.
Este grupo de vecinos del Barrio de San Cristóbal trabaja por promover las tradiciones musicales lorquinas ataviados con un producto típico lorquino como es la jarapa, y que se realiza de manera artesanal en las Pedanías Altas de Lorca. Ha sacado ya numerosos discos a la venta de pascuas lorquinas y villancicos, donde podemos encontrar temas inéditos, en buena parte relacionados con Lorca, así como otros adaptados.

Cerca de una veintena de miembros alegran cada año la Navidad a lorquinos y visitantes, con el objetivo de animar y trasmitir alegría en estas fechas tan señaladas. Y es que, con el tiempo se han hecho imprescindibles en esta celebración, tanto en la ciudad como en las pedanías. Cada año podemos disfrutar de su música en la tradicional inauguración del Belén Municipal, en el Encuentro de Cuadrillas, en las visitas a las residencias de mayores, en actos organizados por asociaciones o cofradías de Semana Santa y en establecimientos hosteleros de todo el municipio.

El alcalde de Lorca, por último, ha recordado que “el Consistorio queda a disposición de los vecinos de Lorca para atender las demandas en cuanto a los nombres que desean para las calles y caminos en las que residen o bien utilizar nombres de la historia, de la geografía o de la sociedad local para denominar a las nuevas vías que se abren en el municipio”.