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Arranca la campaña ''El olvido nos ahoga'' para exigir la construcción de presas, el canal de Biznaga y la limpieza de cauces para evitar inundaciones en la comarca

Fulgencio Gil: “esta reivindicación ha llegado para quedarse, para instalarse y para que se vea. La mantendremos hasta conseguir nuestro objetivo. Nos va la vida en ello, y la historia ha de juzgarnos a todos por lo que hicimos por mejorar Lorca. Lo que hagamos ahora tendrá su eco en la historia”.

Frente a la cuarta presa de Puentes se reivindicaba la principal conclusión de las distintas reuniones que el Ayuntamiento ha mantenido con regantes, ingenieros, geógrafos y arquitectos en las que coincidían en que “las presas salvan vidas”.
Los embalses de Puentes y Valdeinfierno lograron frenar en 2012 una histórica avenida que habría arrasado las vegas del río Guadalentín y Segura, pero es imprescindible construir las presas de Nogalte, Béjar y Torrecilla y el canal de la Rambla de Biznaga, y acometer la limpieza de cauces de ramblas en la comarca del Guadalentín

Alcalde de Lorca: “Nuestras exigencias están refrendadas lamentablemente con hechos históricos, 50 avenidas, algunas como la riada de Santa Teresa, uno de los diluvios más mortíferos de los anales hidrológicos europeos”

Jueves, 20 de febrero de 2025. “La historia, lamentablemente, ha demostrado la necesidad de las presas de los Pantanos de Puentes y Valdeinfierno. Lorca y Puerto Lumbreras ha padecido, desde mediados del siglo XVI, medio centenar de riadas. Algunas, tan destructivas como la de San Calixto, en 1651, una de las más dramáticas con más de 1.000 muertos en la cuenca del Segura o la de 1733, la de Nuestra Señora de los Reyes, en que las aguas alcanzaron una altura nunca antes vista. Nuestras exigencias están refrendadas desgraciadamente con hechos históricos. 50 avenidas. Entre ellas, la de Santa Teresa, uno de los diluvios más mortíferos de los anales hidrológicos europeos”. Así ha arrancado este jueves el alcalde de Lorca, Fulgencio Gil Jódar, la campaña ‘El olvido nos ahoga’, junto a la alcaldesa de Puerto Lumbreras, María Ángeles Túnez; representantes de la Cámara de Comercio; de la Patronal Ceclor; de la Comunidad de Regantes; Colegio de Arquitectos; asociaciones vecinales, de damnificados... para exigir la construcción de presas y la limpieza de cauces para prevenir situaciones trágicas como consecuencia de grandes avenidas.

Lo ha hecho en la cuarta presa del Pantano de Puentes. Allí ha reivindicado la principal conclusión de las distintas reuniones que el Ayuntamiento de Lorca ha mantenido en los últimos meses con regantes, ingenieros, geógrafos y arquitectos en las que todos coincidían en que ‘las presas salvan vidas’ y que es ‘imprescindible’ “construir las de Nogalte, Béjar y Torrecilla, y el canal de la Rambla de Biznaga, y acometer la limpieza de cauces de ramblas en la comarca del Guadalentín”. Y ha argumentado que “las presas de Puentes y Valdeinfierno lograron frenar en 2012 una histórica avenida que habría arrasado las vegas del río Guadalentín y Segura, pero es imprescindible la construcción de las presas de laminación y la canalización que reclamamos”.

Gil Jódar ha señalado que el escenario no era una casualidad. “Este año la actual presa de Puentes cumple su XXV aniversario. 25 años protegiendo Lorca. Evitando destrucción y muertes. Una obra que nos ha salvado, no sólo a nosotros, sino a Murcia y a Orihuela. Porque los problemas de inundaciones en esas ciudades también nacen aquí y esa es una realidad que hay que dar a conocer”.
Se ha referido al histórico de riadas de la cuenca recordando que la riada de San Wenceslao, la última gran avenida registrada en Lorca, tiene un precedente en el registro histórico, la del 28 de junio de 1877, denominada de San León II Papa. “Queda constatado que fue de similares características a la de 2012. Causó, como ésta última, daños en Campillo, Tiata y Sutullena. Y muchos más en Marchena, tras encontrarse los caudales con las aguas venidas de la Rambla de Biznaga, que bajaba crecida como colector de la Rambla de Nogalte, y otras de menor entidad de las sierras de Torrecilla y Almenara. En junio de 1933, otra riada inmensa, provoca el desbordamiento de la rambla de Béjar. En 1989 una tromba de agua anega Lorca y la huerta. Y la Rambla de Biznaga se desborda afectando a La Hoya, El Esparragal, Campillo y Torrecilla. No podemos sumar nuevos acontecimientos trágicos a la historia hídrica de la comarca del Guadalentín. Hay que poner fin a estas catástrofes Nos va la vida en ello, y la historia ha de juzgarnos a todos por lo que verdaderamente hicimos por mejorar Lorca. Lo que hagamos ahora, lo que consigamos ahora, tendrá su eco en la historia”.
Y ha insistido en que el papel de estas obras es “trascendental” frente a posibles riadas como han puesto de manifiesto regantes, ingenieros, geógrafos y arquitectos, en los últimos meses. “Estas obras de contención son imprescindibles para combatir las grandes avenidas que pueden convertirse en verdaderos tsunamis de agua dulce en las vegas de los ríos Guadalentín y Segura. Los cauces de ramblas, barrancos y ríos tienen que estar limpios para posibilitar que el agua siga su curso, que no quede estancada, que en su trayectoria no se convierta en un arma mortífera que se va ‘cargando’ con la maleza que puede provocar el taponamiento de puentes”.

Ha exigido “la ejecución del Plan de Defensa ante Inundaciones que nuestra comarca necesita”, mientras ha recordado que “el sufrimiento de nuestros vecinos de Campillo, Torrecilla y Purias cada vez que caen cuatro gotas exige el apoyo de todos, con su Ayuntamiento al frente, y lo van a tener”. De la campaña ha asegurado que “es una muestra de compromiso con el fin de hacer cambiar las cosas. Vamos a cambiar ese sufrimiento por ánimo para avanzar, para reclamar lo que es justo, y lo que es de máxima urgencia: el canal de Biznaga y las presas de Nogalte, Béjar y Torrecilla. Estas obras salvan vidas. Dicho esto, que todos sabemos, ya no hay espacio para excusas de reversión económica. No hay lugar”.
La campaña, ha reiterado, “nace del hartazgo social, vecinal e institucional de sentirnos incomprendidos. De la frustración que nos provoca saber que llevamos razón, que saben que llevamos razón, que todos sabemos lo que va a pasar cuando vuelva a llover con intensidad, pero aun así nada avance”. Y ha insistido en que “esta iniciativa nos incumbe a todos, trasciende la política. Es un mensaje de municipio y de comarca, que nace del sentimiento de nuestra gente y que vamos a proyectar a todas las administraciones con la pasión y el compromiso que nos caracteriza”.
Dos municipios unidos por la lucha por el agua
El alcalde de Lorca y la alcaldesa de Puerto Lumbreras, han indicado que la historia de Lorca y Puerto Lumbreras “es la lucha por el agua. Por no sucumbir a la sequía y por detener su embestida cuando cae con fuerza. Son demasiados años, demasiada incomprensión y cero inversiones. Desde el siglo XVI hemos sufrido 50 inundaciones, muchos golpes. Demasiados como para no aprender de ellos y aprovechar esa experiencia”.
Y han recalcado que “compartimos y asumimos las peticiones expresadas por los afectados y, su afirmación de que la devastación de la catástrofe vivida hace unos meses en Valencia, al igual que las que periódicamente han sufrido nuestros municipios, ponen de manifiesto la necesidad de actuar ya. Tal y como han expresado hace apenas unos días, resulta incongruente reconocer que el cambio climático nos va a traer más Danas y de mayor intensidad, y no acometer inversiones que puedan paliar sus daños”.
Los lorquinos y lumbrerenses, han apuntado, “somos conscientes de que no se puede retrasar más la construcción de estas presas y el encauzamiento de la rambla de Biznaga, porque conforman el salvavidas que los vecinos de Torrecilla, Campillo y Purias necesitan, y así quedó claro tras las inundaciones de 2012. Consideramos que la decisión de suprimir la construcción de estas presas hace ahora tres años, dejándolas fuera del Plan de Gestión de Riesgo de Inundaciones de la cuenca del Segura 2022-2027, fue un error que debe ser reconsiderado con urgencia”.
Obras de prevención tras cada catástrofe
La magnitud de los distintos desastres sucedidos a lo largo de la historia, han impulsado obras para evitar que estas situaciones se repitan. “Las riadas de 1897 y 1898 causaron pocos daños al haber finalizado la construcción de Puentes III. Se han ejecutado Obras de Defensa contra las inundaciones en el Valle del Segura, con especial atención al Guadalentín, para doblegar las avenidas del río, con recrecimiento de los pantanos de Puentes y Valdeinfierno. Tras cada una de las inundaciones que ha sufrido nuestro municipio, las administraciones de la época tomaron nota y respondieron construyendo infraestructuras que protegieran a los lorquinos, precisamente lo que estamos reclamando en estos momentos”, ha reivindicado.
De forma recurrente, ha abordado Gil Jódar, se han dejado “en el olvido”, proyectos cruciales para evitar situaciones como la vivida en septiembre de 2012. “No se acometió el proyecto, largamente perseguido, de recrecimiento de la presa de Valdeinfierno o del muro de contención del barrio de San Cristóbal. Se ha constatado la necesidad de las presas que exigimos, como también la limpieza de cauces. Son las obras que se marcaron como fundamentales para evitar que se repita la Riada de San Wenceslao. En ello, nos va la vida, como quedó demostrado”.
Y ha pedido que se repase la historia hídrica del municipio. “50 son las grandes riadas que hemos soportado. La mayoría, trágicas en cuanto a vidas humanas. Y, todas ellas, catástrofes millonarias por los daños en viviendas, explotaciones agrícolas y ganaderas, infraestructuras… Creo que simplemente con ese listado quedan refrendadas nuestras peticiones que escenificamos este jueves con la presencia de municipios como Puerto Lumbreras, regantes, Cámara de Comercio, Patronal Ceclor, vecinos, damnificados… Este asunto nos afecta a todos y todos vamos a luchar porque esas infraestructuras sean una realidad lo antes posible”.
Tras la intervención de la alcaldesa de Puerto Lumbreras y del alcalde de Lorca los asistentes al arranque de la campaña ‘El olvido nos ahoga’ firmaban un decálogo de exigencias al que se podrá sumar todo aquel que lo desee a través de la página web ‘www.elolvidonosahoga.com’. A partir de ahora se irán presentando nuevas acciones que estarán centradas en que “fuera de Lorca, de Puerto Lumbreras, sepan lo que aquí está pasando, a través de campañas divulgativas y pedagógicas de concienciación entre los ciudadanos. Nuestra intención, repito, es que se mantenga en el tiempo hasta que logremos nuestro objetivo, porque nos va la vida en ello”, ha concluido Gil Jódar.

LAS MÁS DEVASTADORAS
1545. Riada de San Luis. Causó muchos daños.
17 de septiembre de 1568. Pilló desprevenida a la población por tener lugar de noche.
5 de agosto de 1648. Una de las mayores inundaciones de la época. Consecuencia de la rotura de Puente I, a medio construir. La avalancha de barro y agua arrasó San Cristóbal y la torre del Convento de la Virgen de las Huertas se vino abajo.
20 de octubre de 1651. Riada de San Calixto. Una de las más dramáticas. Más de 1.000 personas fallecieron en la cuenca del Segura por el desbordamiento de los cauces.
Noviembre de 1653. Riada de San Severo. Se llevó por delante a 160 casas del barrio de San Cristóbal. Afecto a los barrios de San Juan y Santiago. Y arruinó el Convento de la Virgen de las Huertas.
17 de marzo de 1672. Riada de San Patricio. Destruyó la presa de la Torta, en construcción.
25 de septiembre de 1701. Riada de San García. Se llevó 80 varas de la presa de la Fuente del Oro.
1704. Riada de San Leovigildo. Inundó los barrios de San Cristóbal y Santa Quiteria.
6 de septiembre de 1733. Riada de Nuestra Señora de los Reyes. Las aguas alcanzaron una altura nunca antes vista.
25 de noviembre de 1741. Riada de Santa Catalina. Arruinó la presa de la Fuente del Oro.
15 de septiembre de 1777. Destruyó el paredón de sillería de la margen derecha que protegía a la ciudad. Inundó varios arrabales y se llevó por delante los tenderetes de la Feria, en el atrio del Convento de la Virgen de las Huertas.
30 abril de 1802. Rotura del embalse de Puentes. Una ola de 12 metros causó 608 muertes, 809 casas quedaron destruidas y fueron arrancados 41.000 árboles por la fuerza del agua.
1834. Riada de Santa Brígida. Destruyó el Puente Verde, en la Rambla de Tiata.
3 de octubre de 1838. Riada de San Francisco. Rompió la muralla de defensa y anegó San Cristóbal, causando muchas víctimas.
28 de junio de 1877. Riada de San León II Papa. Causó daños en Campillo, Tiata y Sutullena. Los daños fueron mayores en Marchena, tras encontrarse los caudales con las aguas venidas de la Rambla de Biznaga, que bajaba crecida como colector de la Rambla de Nogalte, y otras de menor entidad de las sierras de Torrecilla y Almenara.
14 y 15 de octubre de 1879. Riada de Santa Teresa. En toda la cuenca causó más de mil muertos. Destruyó los sangradores y parcialmente los barrios de San Cristóbal, Santa Quiteria, San Juan y San Ginés.
26 y 27 de junio de 1899. Riada. Provocó graves pérdidas económicas para Lorca y su comarca. El agua rebasó la presa de Puentes.
Junio de 1933. Riada inmensa. El Guadalentín vuelve a desbordarse. La rambla de Béjar se desbordó provocando el retraso del tren correo procedente de Granada.
22 de octubre de 1948. Inundación que causó daños en viviendas, infraestructuras y en Campillo, Sutullena, Tercia y Marchena.
28 de agosto de 1952. La crecida llegó al altar mayor de San Mateo. Las calles se llenaron de barro y lodo.
19 de octubre de 1973. Riada del 73. 13 personas perdieron la vida.
13 de octubre de 1986. Riada. Crecida del Guadalentín. Desafío para las infraestructuras del Plan de Defensa de 1977, Sangradores, encauzamiento del río y Rambla de Tiata.
Noviembre de 1987. Avenida que causó daños por valor de 200 millones de pesetas. Daños en los barrios de San Cristóbal, Barrios Altos y la huerta.
4 de septiembre de 1989. Tromba de agua en las Tierras Altas. Afectó a Coy, Zarcilla de Ramos y La Paca (plantaciones de hortalizas, cereales y arbolado). Y al casco urbano de Lorca y en Morata la riada se llevó la carretera de Puerto Muriel.
7 de septiembre de 1989. Una tromba de agua obliga a abrir las compuertas del Pantano de Puentes. El agua anega las calles de Lorca y la huerta. La Rambla de Biznaga se desborda afectando a La Hoya, El Esparragal, Campillo y Torrecilla.
28 de septiembre de 2012. Riada de San Wenceslao. 2 fallecidos y 300 viviendas afectadas.