Lorca rinde tributo a Miguel Ángel Blanco, asesinado por ETA hace 18 años
Representantes de la Corporación Municipal han guardado esta mañana un minuto de silencio en la Plaza de España en recuerdo del concejal de Ermua secuestrado y asesinado por ETA.
13 de julio de 2015. La Plaza de España ha acogido esta mañana un acto en homenaje al concejal Miguel Ángel Blanco Garrido, de cuyo asesinato a manos de la banda terrorista ETA se cumplen hoy 18 años, en el que han participado representantes de la Corporación Municipal en el Ayuntamiento de Lorca. El Portavoz del Equipo de Gobierno, Fulgencio Gil, ha señalado a la conclusión del minuto de silencio que se ha guardado en señal de respeto y recuerdo a las 12 del mediodía, que Miguel Ángel Blanco simboliza el heroísmo, la dignidad y el sufrimiento de las mil víctimas que ha causado ETA en España. El acto de hoy tiene que servir para que nadie olvide que las víctimas del terrorismo siguen sufriendo y que tienen que seguir sintiendo el pleno apoyo de todos los españoles. La lucha antiterrorista de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, ha avanzado mucho. La unidad de los demócratas es la única fórmula eficaz para desterrar para siempre a los terroristas y conseguir dejar a nuestros hijos una España sin violencia. La victoria de la democracia, de la gente de bien de este país, pasa por lograr que ETA abandone las armas y se disuelva definitivamente.
Fulgencio Gil ha manifestado que el vil asesinato de Miguel Ángel Blanco por parte de ETA ha marcado la historia de España, dando como fruto el denominado espíritu de Ermua así como su manifiesto, que consiguió aglutinar a los responsables públicos en torno a la defensa de los valores de la democracia y el rechazo de ETA. Los políticos tenemos la obligación de mantener vivo el recuerdo de Miguel Ángel y de nadie olvide lo mucho que ha costado consolidar nuestro Estado de Derecho frente a los ataques de los terroristas.
Miguel Ángel Blanco fue concejal del PP en Ermua entre los años 1995 y 1997. Tenía 29 años cuando ETA lo secuestró el 10 de julio de 1997, chantajeando al gobierno con asesinarle si no acercaba a los presos de esa organización a las cárceles vascas. 48 horas después apareció tiroteado en la localidad guipuzcoana de Lasarte.
