El Ayuntamiento consolida la fachada de la antigua iglesia renacentista del convento de La Merced y refuerza la construcción con micropilotaje
Las obras de rehabilitación de los daños provocados por los seísmos en este edificio protegido suponen una inversión de 426.446 euros y está previsto que se terminen el próximo verano.
11 enero de 2016. El Concejal de Patrimonio del Ayuntamiento de Lorca, Francisco García, ha visitado las obras de la segunda fase de rehabilitación del complejo municipal ubicado en el antiguo convento de la Merced y que han permitido retirar ya las estructuras que sujetaban provisionalmente la fachada de la antigua iglesia que albergaba con anterioridad el centro de visitantes de Lorca Taller del Tiempo por los daños que sufrió tras los terremotos de 2011.
García ha recordado que “poco después de los seísmos el Consistorio ejecutó, a través del Plan de Empleo, unas primeras actuaciones para que las instalaciones de este edificio fueran utilizables, pero fue el pasado mes de octubre cuando se inició esta inversión de 426.446 euros, en la que se incluye principalmente la consolidación de la fachada más antigua de la construcción y la reparación de los elementos dañados del muro cortina, así como el refuerzo de la estructura mediante micropilotaje y mejoras en el suelo, cubiertas, electricidad y climatización”.
Francisco García ha explicado que “la retirada del apeo de la fachada refleja la culminación de los trabajos comprendidos dentro de la primera actuación ejecutada. Esta estructura exterior se instaló para evitar su derrumbe y que se produjeran más daños en sus elementos arquitectónicos y escultóricos. Tras el estabilizado de la fachada se está procediendo a la reparación de la misma y posteriormente se realizarán otras fases como la instalación de 930 m2 de nuevo suelo técnico en las dependencias de Urbanismo, la eliminación de filtraciones de agua de los tejados, que tenían humedades y goteras, así como el reajuste en la instalación eléctrica, adaptándolas a las necesidades actuales, entre otras cuestiones”.
Entre las mejoras previstas en estas instalaciones que acogen la sede de la Concejalía de Urbanismo y el Centro de Visitantes, también está prevista la climatización de los espacios destinados al Consorcio Turístico ‘Lorca Taller del Tiempo’. El objetivo es que las obras de este edificio, catalogado con grado 2 de protección por su interés histórico artístico, estén plenamente concluidas para el próximo verano, incluyendo como mejora la señalización del edificio y la instalación de cartelería de las distintas dependencias.
La portada de la iglesia de acceso al Centro de Visitantes de Lorca Taller del Tiempo es renacentista y fue levantada en 1546 por el cantero, de origen vizcaíno, Diego de Plasencia. La misma consta de un gran arco de medio punto situado entre pilastras, apoyadas en altos pedestales, que sujetan un entablamento liso, moldurado, rematado en una gran cornisa volada. En el centro, y a los lados del friso, se disponen escudos acartelados de la orden mercedaria, de la ciudad y de la familia García de Alcaraz (en ese momento patrona de la capilla mayor de la iglesia). El arco, ligeramente abocinado, presenta tres arquivoltas que descansan en sus correspondientes retropilastras. Las enjutas se decoran con medallones circulares sutilmente abombados. El orden empleado en las pilastras es compuesto. El entablamento, sin decoración a excepción de los escudos, se encuentra profusamente moldurado, especialmente el arquitrabe y sus fascias.
Del conjunto de molduras destaca el cuarto bocel que remata el friso y, sobre todo, el gran desarrollo de la gola del cimacio, que genera un gran vuelo a la manera de gran guardapolvos. A los lados de las pilastras de la portada se dispusieron unos motivos decorativos de origen vegetal, basados en volutas, hojas y roleos, con detalles zoomórficos en su remate donde presentan cabeza animal. Este elemento sirve de transición entre la retropilastra exterior, que sale del encuadramiento de la portada, y el resto del conjunto. Sobre la portada se dispone un nuevo cuerpo o ático, conformado por una hornacina clásica situada entre pilastras y rematada por un frontón triangular.